“Concebimos el interiorismo como un valor añadido”
Mara Pardo
El estudio de Mara Pardo se mueve entre Santander y Madrid con colaboraciones puntuales en Turín y Roma, donde la interiorista trabajó un tiempo. Treinta años de experiencia en proyectos residenciales, retail e instalaciones hoteleras, le permiten ofrece la mejor versión de lo que su cliente imagina para su casa o negocio.
¿Cómo consigues aportar valor a los espacios que proyectas?
Concebimos el interiorismo como un valor añadido. Una herramienta de comunicación entre el vendedor y el comprador, entre la casa y el bienestar de sus habitantes, entre los espacios de trabajo y sus usuarios. Por eso, en retail es indispensable abordar los proyectos desde múltiples puntos de vista. No solo teniendo en cuenta el impacto estético del espacio sino también el comercial. Estudiando cómo influye en el cliente, en su decisión de compra y en facilitar los procesos de trabajo del comerciante. En el ámbito residencial o de oficinas, intentamos siempre plasmar la mejor versión de lo que imagina o busca el cliente en su espacio, tanto a nivel estético como funcional. Además, planteamos un proyecto que se ciña como un guante al presente pero que, también, pueda adaptarse al futuro.
La historia de tu estudio en síntesis…
Después de terminar mis estudios en Madrid, me inicié en los 80 con Minach y Ausejo MAD, el primer showroom de diseño de España. Allí entré en contacto con algunas de las mejores marcas y diseñadores italianos que me fascinaron. Poco después, en los últimos años del postmodernismo, me trasladé a Turín a colaborar con el estudio multidisciplinar Invenzione, en plena explosión del movimiento Memphis, donde aprendí a acometer los proyectos desde una visión mucho más integral. Con este bagaje, en 1988, regreso a Santander, mi ciudad natal, y abro mi propio estudio de interiorismo con el que continuo hasta hoy, tan entusiasta como al principio.
¿Tu experiencia italiana te ha aportado una sensibilidad especial?
No todos mis proyectos me han permitido expresar plenamente mi experiencia adquirida en Italia, pero el contacto continuado a lo largo de los años, tanto en ferias como con diseñadores italianos, ha marcado una impronta que podría catalogarse como conceptual en mi manera de afrontar el diseño, con un claro gusto por el minimalismo estético.
¿Qué papel cumple el diseñador de interiores en nuestra sociedad?
Creo que la figura del diseñador de interiores va mucho más allá del papel que a veces nos asignan como meros decoradores. Además del valor añadido que aportamos, como ya hemos comentado, buscamos provocar un impacto entre los espacios que diseñamos y los usuarios. Porque, dependiendo de cómo sea esta interacción entre ellos, podemos influir positiva o negativamente en la manera de vivir esos espacios, incluso a nivel neuronal. Y es que el diseño puede determinar muchas acciones, sentimientos y emociones en quien los vive. Esto supone una gran responsabilidad, tanto en los espacios residenciales como en el contract y, muy especialmente, en el workplace.
¿Qué es lo más importante cuando un cliente te encarga un nuevo proyecto?
Siempre empezamos por definir sus necesidades. Adaptamos éstas al espacio. Vemos cómo se relacionan entre sí y cómo pueden flexibilizarse a los cambios que surgen. Solo a partir de esta resolución empezamos a buscar los materiales idóneos y vamos poniendo capas que envuelven cada actividad, que las resuelven, adaptadas a los usuarios y donde se sientan cómodos en cada uno de sus pliegues, tanto a nivel estético como funcional.
¿En qué tipología de proyectos te sientes más cómoda trabajando?
No tengo preferencias claras. Cada proyecto lo enfrentamos de manera transversal y nos encanta investigar cada propuesta en profundidad. Soy muy curiosa y me gusta conocer y descubrir el mundo de cada cliente para formar parte de su proyecto, no solo como espectador, si no como parte activa de él. Digamos que me gusta ponerme en la piel de cliente, tomando el proyecto como propio, para sacar lo mejor de cada trabajo.
¿Cómo serán los espacios públicos después de la pandemia?
Estamos deseando volver al contacto anterior, pero esta situación parece que va a dejar muchas secuelas en la manera de relacionarnos. Creo que nos estamos volviendo más individualistas y que la necesidad de sentir aire entre las personas va a quedar reflejado en el diseño los espacios públicos. Necesitamos un mayor contacto con la naturaleza y espacios amplios y diáfanos y, por lo tanto, creo que, cada vez más, se fundirán exterior e interior en muchos proyectos.
¿Las generaciones millennials necesitan otro tipo de espacios?
Definitivamente, sí. Su época está marcada por el CO: co-living, co-working, co-crear… es una nueva forma de relacionarse entre ellos y con lo que les rodea. Son capaces de renunciar a la idea convencional del espacio individual y se sienten familiarizados y cómodos compartiendo trabajo, casa, coche… Y por eso debemos plantear una nueva concepción, no solo del espacio interior de negocios, viviendas y oficinas, sino en la arquitectura, en los barrios y, por tanto, en las ciudades.
¿Qué retos plantea la sostenibilidad?
Tenemos que incorporar la sostenibilidad como algo habitual en los procesos de trabajo, pero admito que aún no es algo que se ejecute de manera natural. En las reformas, es complicado evitar el impacto que supone toda la generación de residuos porque no está implantado un sistema que permita una reutilización eficiente. Además, el mercado actual de materiales todavía no ofrece una información suficiente de las alternativas y de la trazabilidad de los productos más sostenibles. Sin embargo, con la colaboración de otros profesionales, en el estudio sí estamos plenamente concienciados en la implantación de medidas de eficiencia energética para la reducción de emisiones y el uso racional de la energía y del agua en nuestros proyectos.
¿Puedes mencionar un espacio público ajeno que te emocione?
En España, las salas de exposiciones del Centro Botín de Renzo Piano que se asoman a la bahía de Santander y, en Italia, el Café San Carlo, en Turín, donde puedes tomar un café o el aperitivo con la sensación que el tiempo se ha detenido en 1842.
¿Cuáles son las fuentes de inspiración ajenas a la arquitectura y el diseño?
Me declaro una torpe enamorada de la pintura. Nieta de pintor y colaboradora del Simposio Internacional de Artistas, Sianoja, me inspira ver de cerca el proceso creativo de pintores y artistas plásticos. Su aproximación al diseño, su búsqueda del color perfecto, la ejecución con las diferentes técnicas hasta el resultado final… en realidad, se parece mucho al proceso que nosotros también hacemos con los espacios. Los estudiamos, los diseñamos, los envolvemos y esperamos generar, al igual que los artistas, bienestar, sorpresa y la complicidad del espectador.
MARA PARDO ESTUDIO. Santa Lucía 51. 39003 Santander. T. 679 164 260. Fotografías: David Montero