Viruta Lab

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“Nuestro método de trabajo es Puro Efecto Diapasón”


DAVID PUERTA, MARÍA DAROZ VIRUTA LAB

Los responsables del estudio valenciano Viruta Lab definen su metodología de trabajo como una búsqueda constante de sensibilidad y emoción para la creación de nuevos espacios, como resultado de la interpretación del concepto. La delicadeza y la funcionalidad determinan la esencia de su obra basada en diversas experiencias y un proceso de formación continua.

Vuestra web muestra una visión un tanto poética de la arquitectura ¿estáis de acuerdo con esta definición?

La arquitectura como cualquier otra disciplina artística bebe de todas las artes que la rodean, no es independiente ni está aislada. No sabemos si es poética nuestra visión o simplemente nos gusta conceptualizar los proyectos para entenderlos desde su origen, con su idea pura y primitiva y poderlos desarrollar con la coherencia que necesitan y que nos exigimos. Cualquier muestra pictórica, poema, escultura o canción pueden evocarnos una emoción que conecte con el proyecto. La parte más poética podemos decir, si es que la tenemos, queda reflejada en los moodboard del concepto, que es algo que siempre ejecutamos al inicio de las propuestas. Al final es la parte más agradecida, ver nacer la idea del proyecto, disfrutar del proceso de creación y aportarle a éste un grafismo que evoque, haga soñar e ilusione.

Un ejemplo claro lo hemos llevado a cabo en nuestro propio estudio. Es el reflejo de nuestra filosofía y, por ello, todo está conectado, desde los proyectos, a la imagen del showroom, el gráfico o la propia web, como vosotros recalcáis. Hemos creado una versión masculina de las casas de nuestros padres, con muchas referencias a ellos y donde encontrarnos relajados para poder ser nosotros mismos. Para nosotros, esta viruta sí que es poética.

Vivienda histórica: Tener todas las piezas históricas disponibles por la buena conservación ayuda a actualizarlas, mimándolas y dándoles el lugar que les corresponden. La rehabilitación total de esta vivienda recupera los usos originales de las estancias. Fotografía: Sievers&Carregui.

Influencias de la cultura escandinava, de la danza, de la infancia… ¿qué más influencias reconocéis?

Las influencias, al final, no son más que experiencias que vamos acumulando y que decidimos guardarlas porque nos han movido algo por dentro. Venimos de dos zonas muy distintas, La Rioja y Valencia y, por tanto, factores como el clima, la luz o la forma de vivir de pequeños, pueden parecer aleatorios, pero al final van forjando los gustos personales y bebemos o evocamos a veces de esas partes.

Que uno dibujara en las paredes de la casa de sus padres ya apuntaba maneras. Una vocación artística temprana por el dibujo de estatua al natural con grafito, o las mezclas de colores con aceites y óleos, pueden ser los inicios del gusto por el color y las texturas que plasmamos en nuestra obra. Y si a esto le sumamos que el otro, en la danza, además de pensar en el ritmo y la técnica, lo hiciera en las formas geométricas que se dibujaban, es otro ejemplo claro de creatividad, disciplina y orden.

La parte educativa es fundamental para elegir una línea proyectual. Hay arquitectos que te influyen más que otros, la universidad, los viajes de proyectos o incluso el Erasmus, en nuestro caso en Dinamarca, forjan la mano del proyectista. Somos inquietos y nos gusta seguir estudiando porque el proceso de aprendizaje nunca debe parar. Por eso, además de la arquitectura, la influencia de los grandes diseñadores de interiores nos ha hecho querer seguir, graduarnos en esa disciplina y poder llevar a cabo los proyectos en la totalidad de la escala.

Enseguida vemos pequeñas cosas cotidianas que nos motivan o ilusionan. No todo está en los libros o tratados, desde una pintada en el muro de enfrente del showroom, a la servilleta de la taberna donde almorzamos… nadie sabe dónde puede encontrarte la inspiración. Por ello, decimos que, cuando algo nos evoca una idea, rápidamente nos ponemos a dibujar para captar la esencia; entonces sólo necesitamos de un lápiz y un papel para retener para siempre algo tan instantáneo y efímero. Viruta tras Viruta por el suelo…

Voladera: La renovación de las instalaciones de una antigua biblioteca, parte del sentido y la involucración de las naves de accionar el futuro de la sociedad valenciana, para un mayor confort e igualdad a través de su sistema de cuatro hélices: sector público, privado, académico/investigador y sociedad civil. Fotografía: Viruta Lab.

Explicadnos brevemente la historia de vuestro estudio.

El estudio Viruta Lab es relativamente joven, nació hace un año y medio como tal, pero bien asentado con la larga experiencia que da ir sumado años en distintos estudios, países y culturas. Con esta nueva marca, hemos comenzado a pintar con nuevos colores los proyectos, pero los lápices son los mismos desde hace muchos años. Es muy difícil diseñar igual que otra persona, pero en nuestro caso, además, se suma que con una mirada estamos pensando lo mismo, y se produce lo que a nosotros nos gusta denominar Puro Efecto Diapasón. Gracias a ello, ha sido posible crear este tándem, en el que ninguna de las partes queda fagocitada por la otra, sino que ambas confluyen en el mismo punto, trabajando como un todo con cuatro manos y cuatro ojos. Así nace Viruta Lab, un laboratorio creativo de arquitectura y diseño de interiores, asentado en Valencia, pero con Virutas definidas a lo largo de toda España.

La delicadeza y la funcionalidad definen la esencia de vuestra obra ¿en qué sentido?

Somos conscientes de que no podemos olvidar que, al final, tanto la arquitectura como el diseño de interiores se ejecutan para que las personas desempeñen actividades y, por tanto, la funcionalidad no debe ser una variante sin importancia. La estética no está reñida con la funcionalidad y cuando ambas llegan a equilibrarse la satisfacción de nuestro trabajo es inmensa.

En el estudio, cuando desarrollamos un proyecto, llevamos a la par planimetría, modelo en tres dimensiones y, cómo no, detalles constructivos. Tenemos que saber la materialidad de esas líneas que trazamos y la forma de construirlas para hacer realidad lo que tenemos en mente y queremos presentar. Esto dependiendo de la zona que estemos desarrollando puede ir desde la escala 1:20 a la 1:1 y, por tanto, exige un nivel de dedicación, mimo y, sobre todo, delicadeza.

Clínica Osteopatía: La representación del cuerpo humano como concepto. Un proyecto que se jerarquiza resolviendo el espacio a través de las tres principales estructuras sustentantes: los huesos, la piel y los tendones. Fotografía: Viruta Lab.

¿Por qué definís vuestros proyectos con el nombre de un lápiz? ¿Hay una simbología?

El proyecto no acaba en la arquitectura o el diseño de interiores. Si lo permite, debemos ir más allá y estudiar hasta el mínimo detalle, y por tanto nuestro estudio debía ser el claro reflejo de nuestra apuesta. ¿Por qué no llevar ese concepto a todo? Al final los proyectos los hemos creado dibujando, todavía usamos el papel y el lápiz para los primeros encajes, para las correcciones o las explicaciones y, cómo no, en la obra. Es el reflejo de nuestra filosofía y nuestro concepto de marca.

Las virutas son los restos que quedan tras sacarle punta a los lápices, y nos convencía extrapolar esa idea al nombre de los proyectos y crear una unión entre ellos. Por tanto, al final, todas nuestras creaciones son virutas con un código interno de ordenación. Asimismo, todos tienen además un subtítulo donde marcamos el color de ese lápiz con el que hemos pintado el proyecto, ya sea por el color que lo representa o por algún toque especial que lleve el mismo y sea significativo.

¿Os consideráis especialistas en alguna tipología de espacio?

El puro efecto diapasón funciona como uno solo, pero al final somos dos personas que se complementan, y si sumamos nuestros conocimientos no podemos diferenciar entre virutas esenciales (arquitectura e interiorismo) y virutas emocionales (contract, retail y efímero) ya que cada uno de nosotros es especialista en uno de los campos. Cada proyecto nos ilusiona como el primer día, sea la escala que sea y la finalidad que tenga y, aunque cada uno lleve la dirección de una tipología, terminamos los dos inmersos hasta el fondo en cada proyecto. Es verdad que ambos llevamos muchos años dedicados a la arquitectura, a estudiar las diferentes tipologías, tratar los materiales nobles y afincarla dentro del contexto en el que se localiza a través de la tradición y la materialidad. Podemos decir que la arquitectura es un campo que tenemos más desarrollado, pero el nivel de creación conceptual que te aportan los espacios ligados al diseño de interiores te permite que puedas contar esa historia, que puedas jugar de otra forma y arriesgar subiendo un nivel más.

Si tenemos que decantarnos por una tipología concreta, en arquitectura, por nuestra trayectoria tenemos gran experiencia en el sector residencial y, en cuanto al diseño de interiores, cualquiera dentro del sector contract (hoteles, restaurantes, clínicas…) son programas que conocemos muy bien y en los que nos encontramos muy cómodos trabajando.

Espacio Viruta Lab: “Un homenaje a mi padre, lleno de recuerdos y de reminiscencias a su persona. Un espacio elegante, masculino y oscuro, pintado de ese verde inglés agrisado por el paso de tiempo y recogido por unas largas cortinas de lana gruesa, pesada, con dibujo de espiga y festón negro como recuerdo su abrigo de invierno. Fotografía: Sievers&Carregui.

Aparece un nuevo cliente en vuestro estudio ¿cómo se plantea el primer “briefing” y la relación con él?

Al entrar dentro de nuestro showroom, se olvidan de la barrera psicológica existente entre la figura del arquitecto y cliente. Les evoca el salón de una vivienda, un espacio en calma, sentados alrededor de una gran mesa redonda que acorta las distancias personales con una iluminación cálida y puntal, y respirando el olor del campo a través de una corona floral sobre nuestras cabezas. Pasamos de una reunión formal a un café entre amigos donde la conversación se vuelve más coloquial, distendida y por tanto las cosas fluyen de manera completamente distinta. Sabes que nuestro trabajo está bien hecho cuando los clientes, tras el proyecto y, sobre todo, tras la obra, que todos sabemos lo dura que es esa etapa, se convierten en amigos que desean ahora devolverte el café del primer día, pero en los espacios que has creado para ellos y que ahora son suyos.

¿La arquitectura debe llegar hasta la manilla de las puertas?

Los puristas pondrán las manos sobre la cabeza… pero nosotros pensamos que por supuesto. Un proyecto debe responder a todos y cada uno de los detalles y elementos que en él se contengan. Cada vez, más escuelas de Arquitectura están introduciendo en sus optativas y/o máster, la línea del diseño de interiores. Al final, una vez solucionada la escala arquitectónica, podemos seguir trabajando para entrar en una escala más doméstica y no dejar nada al azar, todos los puntos conforman el proyecto. Lo único que debes decidir es si esa manilla va a ser de catálogo o bien apuestas por dar una solución técnica propia.

VIRUTA LAB. Calle del Mar 47. 46003 Valencia. Fotografía retrato: Alba 
Soler.

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