El concepto del proyecto se expresa claramente a través de sus materiales. La idea fue unir la estética más recargada y tradicional de la típica tasca con las líneas asépticas y frías de las cocinas industriales. Para ello son vitales la madera y el acero inoxidable. Dos materiales muy diferentes que conviven en un mismo espacio.
Hay dos zonas que responden a este concepto claramente diferenciadas: en la zona de la barra crece un conjunto de estantes en madera hacia el techo y hacia el lateral que se rellenan de objetos. Una vez acaba este conjunto de estantes de madera comienza la zona revestida en acero inoxidable. Paredes y techos quedan revestidos mediante planchas cortadas a medida integrando a su vez pantallas luminosas en movimiento y focos. La forma que se le da es mucho más limpia y menos recargada. Los reflejos que crean ayudan a darle una estética más moderna, técnica y aséptica que recuerda a una cocina industrial.
Tanto la madera como el acero se pliegan desde las paredes a los techos como si de una piel o un envoltorio se tratase para dar más fuerza al concepto. Las líneas de los estantes y los cortes de las chapas de acero coinciden para dar continuidad al pequeño local.
En la zona más tradicional donde predomina la madera, se usan apliques de hierro que crean una atmósfera cálida y relajada. En la zona del acero se utilizan los focos técnicos orientables y con una luz blanca.
La barra se realiza en el típico mármol de Macael tan utilizado en las tascas del país. El volumen de piedra queda justo de frente al entrar en el local y mantiene así su protagonismo. Encima, una vitrina con hielo que mantiene los mejores mariscos llegados de Galicia en perfecto estado.
Proyecto: Jorge Bibiloni Studio. Fotografías: Art Sánchez.
