“Cada trabajo supone un gran reto, una gran ilusión y una entrega sincera”
José María Gimeno y Andrés Navarro, Summumstudio
Cada “movimiento” provocado por Summumstudio en un proyecto de interiorismo se debe a una estrategia de marca, cuyo único objetivo es aportar valor y posicionamiento. Esta bilateralidad también les permite diseñar y desarrollar un proyecto gráfico en paralelo, centrándose en la comunicación, la señalética y la creación y promoción de vínculos entre el espacio y la estrategia global de marca.
¿Qué ventajas comporta hacer una gestión integral de un proyecto?
Cuando nos enfrentamos a nuevo proyecto, lo abordamos desde una estrategia global. Sea cual sea su dimensión, siempre hay una labor previa de reflexión y análisis en el que profundizamos sobre todas las cuestiones. Nuestro estudio se especializa en arquitectura interior, branding y diseño de producto, y ello nos permite abordar proyectos de forma integral. Esta acción es la que nos hace realizar un enfoque integral lleno de sentido. Además, la convergencia de estos ejes nos ayuda tener un control del proyecto en el que se respeta de forma integral todo el concepto. Cuando se es capaz de alienar todo el trabajo en un proceso creativo donde convergen varias disciplinas, como ocurre en nuestra oficina, el resultado termina siendo único y excelente, porque obtienes una pieza en la que cada componente que la define persigue el mismo objetivo: la diferenciación, la aportación de valor y la singularidad. Y a la vez hay una coherencia global que enriquece y hace excelente el resultado final.
¿Qué va antes: materiales y texturas o colores?
En un contexto tan sobreexpuesto a la imagen y diferentes inputs continuos, es necesario, más que nunca, prestar atención a los estímulos internos, nuestro conocimiento y experiencia acumulada. No existe una pauta o una norma a partir de la cual tenga preferencia un aspecto u otro. Al final, lo importante es el concepto y, si en éste pesa más el color o la textura, se tendrá en cada caso una prioridad. Es cierto que, normalmente, cuando hablamos de arquitectura, cobra protagonismo la tridimensionalidad, por lo tanto, los materiales y las texturas cobran protagonismo sobre el color. Si te dejas llevar por esta fuerza interna, no es posible priorizar o mecanizar este proceso creativo. Es algo emocional que va más allá de la parametrización de procesos.
¿Cómo planteáis un nuevo proyecto con vuestros clientes?
Uno de los aspectos importantes es realmente entender las necesidades de nuestro cliente. Vivimos en una sociedad construida a partir de imágenes, y me parece normal que los encargos vengan con referencias visuales preestablecidas a pesar de que a veces no están en sintonía con la identidad que hay que crear. El ejercicio previo de análisis con el cliente es clave; sin duda actúa como la palanca que genera todo lo demás. Y una vez hecho –y si hay entendimiento– todo parece más fácil, igual que una gota de aceite que se extiende con gran suavidad. Nuestro fin es empatizar con él para poder responder a sus requerimientos. Cuando este proceso se respeta, la convergencia con el cliente es máxima. Todo el concepto y la interpretación del proyecto queda plasmado en un briefing para establecer un programa de necesidades u objetivos, y a partir de ahí, todo va naciendo.
¿Cuál es el eje del proceso creativo de un nuevo espacio de contract?
En el estudio abordamos todos los proyectos de la misma forma, con un análisis previo y conocimiento del cliente y del programa profundo. En el caso de un espacio contract es lo mismo, solo que cada proyecto tiene un fin de ser, una función diferente. Es muy importante profundizar en el programa de trabajo y los requisitos del espacio. Los espacios contract, hoy en día, son experiencias y aquí entran en juego muchos factores que al final componen la experiencia global. Aquí, nosotros jugamos un papel muy importante puesto que nuestro estudio cuenta con varias especializaciones, lo que nos permite componer proyectos rotundos y 360 grados.
Explicadnos brevemente la historia del estudio.
Desde la fundación del estudio en 2007, hemos vivido con intensidad nuestro proyecto. Cada trabajo ha supuesto y supone un gran reto, una gran ilusión y una entrega sincera. Es lo que ha marcado nuestra historia. Salir de la zona de confort es obligatorio. Cada encargo es un nuevo reto para exigirnos nuevas responsabilidades y asumir riesgos. Este mandamiento te obliga a reinventarte cada mes, te invita a explotar, a equivocarte y, en definitiva, a aprender de todo lo que has hecho. Hoy somos un gran equipo especializado en el interiorismo, el branding y el diseño industrial.
¿Habéis cambiado los conceptos básicos de vuestros proyectos a raíz de la crisis sanitaria?
Con la pandemia y los tiempos de incertidumbre que corren es difícil aventurar qué nos va a pasar en el futuro o cómo vamos a cambiar nuestra forma de trabajo. Los creadores debemos tener la capacidad intuitiva de percibir y plasmar todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Los cambios en la sociedad, en la vida o en los entornos sociales influyen en nuestro modo de mirar el presente. Estamos en una época en la que estos cambios se producen de forma agigantada y nuestra obligación es detectarlos, intuirlos y dar respuesta a estas nuevas inquietudes. En definitiva, ser visionarios de lo que pasa y de lo que va a acontecer. Cuanto antes podamos adaptarlo y aplicarlo en nuestro porfolio, más en contacto con la realidad y el ser humano estaremos.
¿Qué retos plantea todo lo relacionado con la sostenibilidad al interiorismo?
Hoy día ya no podemos proyectar espacios sin tener en cuenta la sostenibilidad y el respeto al entorno. Tiene que ser uno de nuestros pilares a la hora de diseñar. En nuestros proyectos tenemos en cuenta la luz, la temperatura, la orientación natural, pero también los sistemas eficientes y materiales activos y naturales. Yo hablaría de prolongar el ciclo de vida de los edificios y espacios, pero este aspecto está muy cuestionado en el contract, en el que es necesario realizar renovaciones constantes. Quizás éste sea nuestro gran reto: encontrar un equilibrio entre la moda y el ciclo de vida de los proyectos.
¿Cuál es la gran diferencia entre proyectos residenciales e instalaciones contract?
Quizás lo más destacable sea el ciclo de vida del proyecto, al que hacía referencia anteriormente, es lo que más diferencia a la hora de planteártelo. Una vivienda o espacio residencial significa reproducir todos los valores y emociones conscientes e inconscientes de los que van a vivir durante un periodo de tiempo largo, crear su espacio personal y su hogar. Sin embargo, los espacios comerciales tienden a tener un ciclo de vida más corto debido a la necesidad de su constante actualización de acuerdo con lo que ocurre en la sociedad y las modas más efímeras. En estos proyectos puedes arriesgar más, tienen un ciclo de vida corto y en ellos interesa sorprender.
SUMMUMSTUDIO. Paseo de la Castellana 93, planta 2. 28046 Madrid. Falcó 2,
entresuelo. 12001 Castellón. Fotografía retrato: Juan Martín.