Artesana, Santiago de Compostela
Un local de barrio, orientado a gente joven y con carácter moderno, familiar y, sobre todo, divertido. Así es como ven los propietarios de Artesana su negocio en Santiago y como quieren que lo perciban sus clientes, cuando cumple diez años. Para conseguirlo, han contado con la ayuda del estudio Metrocuadrado, responsable de materializar ese cambio de imagen.
Los creadores de Artesana tenían algo muy claro desde el inicio del proyecto: estaban dispuestos a arriesgar. Su voluntad era la de conseguir que su local atrajera al público más joven del barrio, que busca frescura, pero no siempre tiene las mismas ganas de moverse hasta el centro de la ciudad. Sorprender era, por lo tanto, la primera premisa.
A la vez, existía otro objetivo aparentemente contrario, pero totalmente compatible: mantenerse integrado con el barrio y, así, agradecer a sus clientes de toda la vida el hecho de haber estado siempre ahí. Gracias a su confianza y fidelidad, Artesana es hoy un gastrobar de referencia en Santiago y ambas cuestiones debían reflejarse perfectamente en la reforma.
Este proyecto se ha llevado a cabo intentando aprovechar al máximo los materiales ya existentes, pero integrándolos con los nuevos elementos y atribuyéndoles en muchos casos usos diferentes. Por esta razón, se ha optado por reutilizar materiales como son las maderas o revestimientos metálicos que formaban parte del local y ahora se convierten en mesas, estanterías, percheros o elementos decorativos.
Este aprovechamiento se ha llevado a cabo incluso en las primeras fases del proyecto. Ya en la demolición, se optó por recuperar distintos materiales de los escombros para que más adelante formaran parte de nuevos objetos. Con este tipo de decisiones se ha conseguido enviar un mensaje de sostenibilidad y, además, generar un impacto positivo en los procesos de la reforma.
A pesar del aspecto tan diferente que ahora tiene el restaurante, no se podía dejar de lado la necesidad de mantener el orden en un negocio en el que el ritmo es frenético y nunca hay tiempo que perder. Por eso, en la distribución del Artesana actual no se ha dejado nada al azar. Como elemento central del restaurante destaca el bloque formado por la cocina y las dos barras, que se han querido destacar mediante la instalación de una especie de pórtico metálico que las protege y les da protagonismo y que también se ha creado con materiales reciclados del antiguo local.
Proyecto: Metrocuadrado. Fotografías: La Diapo. Albañilería: Construcciones Pilar Barreiro. Carpintería de madera: Angel Otero. Electricidad: Electricidad Etone. Fontanería: Grado Zero Enerxía. Vidrios: Vidrotek. Rotulaciones: Lau Creaciones. Carpintería metálica: Fernando Tarrío. Climatización: Galirefri.