El afamado pastelero Cédric Grolet inaugura su primera boutique en plena Avenue de l’Opéra, en el sofisticado barrio parisino de Gaillon. Las Piedras Sinterizadas de Neolith revisten el interior de los diferentes espacios aportando luminosidad, resistencia y un touche exquisito.
Famosos postres, como la tarta cubo de Rubik, siguen protagonizando la carta del Cédric Grolet Opéra. Pero el nuevo local ha ido un paso más allá, incorporando panes gourmet y un menú brunch. El diseño interior suponía un desafío ya que debía estar a la altura de los productos expuestos. Servir como telón de fondo para las exquisiteces del chef. A la vez, tenía que resultar práctico y resistir el ajetreo propio de una cocina profesional y un bullicioso salón de té.
El interiorismo es la segunda pasión de Cédric Grolet quien asumió ilusionado el proyecto de su nuevo espacio. Como buen conocedor de las superficies de Neolith, por proyectos anteriores, el cocinero basó el concepto de la tienda en las posibilidades de la Piedra Sinterizada.
El nivel a pie de calle, dedicado a la venta, y la planta superior para la degustación, disfrutan de amplios y luminosos ventanales. El visitante se sumerge en el mundo del chef, nada más entrar, impactado por la luminosa pared blanca y el cautivador mural de color dorado.
En el lado derecho, se utiliza la caliza rústica para yuxtaponer lo orgánico y lo artificial, un guiño a la calidad de los ingredientes naturales que Cédric Grolet utiliza. Este es el escenario donde se enfrentan dos mostradores; uno revestido en Iron Frost, que contrasta con otro, más oscuro, para diferenciar las dos especialidades del local: la panadería y la pastelería.
En la primera planta, los comensales pueden sentarse mientras examinan el variado menú. Aquí se encuentra un mostrador circular revestido del serpenteante Krater, acompañado del Zaha Stone que, con su gris sosegado, configura las mesas.
Fotografías: Francois Guillemin. Superficies: Neolith.
