Capicúa, Valencia
Este espacio de diseño contemporáneo, realizado por Carmen Baselga Taller de Proyectos, trata de interpretar la filosofía gastronómica de sus jóvenes cocineras. El espacio se concibió buscando obtener el máximo aprovechamiento, dadas sus reducidas dimensiones.
Los colores mar y tierra se tomaron del logo de Casa Capicúa. Los azules acercan al Mediterráneo y vienen representados mediante el uso de cerámicas esmaltadas en azul añil, rejuntes en las zonas de alicatado blanco o pinturas murales; los tonos tierra hacen referencia a la huerta, a la casa tradicional, confieren calidez, cobijo, y tienen presencia mediante el uso de la cerámica en color natural en diferentes formatos. Blancos y grises completan la composición cromática.
Se utiliza la celosía cerámica para crear sensación de profundidad. Se trata de una doble piel que se separa del plano de la pared para que, tanto con el sol mediterráneo que penetra a través de los ventanales, como con la luz artificial, se generen juegos de sombras cambiantes según el momento del día. El carácter permeable de estos murales horadados aporta textura y profundidad de campo.
Se combinan superficies de paredes blancas con rasilla industrial cerámica para conseguir una textura singular. Ésta se utiliza como revestimiento para alicatar diferentes paramentos verticales, entre ellos la barra que se instala invertida, mostrando la superficie ranurada de la cara posterior, trasgrediendo así la forma tradicional de colocación. Se fija a la pared con Gecol Flex, un adhesivo cementoso flexible con altas prestaciones recomendado para este tipo de superficies.
El azulejo esmaltado blanco aporta neutralidad y contribuye a dar homogeneidad al conjunto. La cerámica aparece también, pero en este caso artesanal, en la instalación suspendida del techo diseñada exprofeso por el estudio de Carmen Baselga, compuesta por 168 peces cerámicos, realizados por la artista Lorna Benavides, que aporta personalidad al espacio haciendo de éste un lugar inconfundible y aportando singularidad a la imagen de marca. Con ella se quiere crear un doble plano, alejar visualmente el techo real y que la referencia en altura sea el plano de los peces suspendidos, como si fuera ésta la superficie del agua y el comensal estuviera por debajo de ella. También evoca aquella forma que tenían los antepasados de conservar alimentos como el pescado tendiéndolo al sol y al aire libre para que se deshidratara, y que aún se conservan en algunas zonas marineras.
Una mesa para compartir, siempre que la situación lo permita, toma protagonismo en la sala. Ésta servirá también para hacer presentaciones de libros sobre cultura gastronómica o demostraciones culinarias.
La luz, con la intensidad necesaria sobre las superficies de trabajo y con carácter más teatral, favorece la creación de una atmosfera envolvente y cálida. En el exterior, la terraza de Casa Capicúa es como um pedacinho de Portugal em Valencia. El uso de la silla 5008, “la portuguesa”, tan característica de las terrazas lisboetas, evoca viajes a la costa oeste de la Península Ibérica, es un guiño a la luz atlántica desde el cálido mediterráneo.
FICHA TÉCNICA: CAFETERÍA CASA CAPICÚA. Jesús 14. 46007 Valencia. Proyecto: Carmen Baselga Taller de Proyectos. Sillas: Adico. Azulejos: Vilar Álbaro. Celosías cerámicas: A mano alzada. Fotografías: Mariela Apollonio.