El Cargolet, Barcelona
El proyecto del restaurante El Cargolet, de Carlos Martínez Interiors, está basado en la modulación reticular de espacios que permiten optimizar el tiempo de construcción.
Debido a que son transportables, desarmables y reorganizables, permiten impulsar múltiples funcionalidades y su reutilización al generar un nuevo uso diferente para el que fueron fabricados.
Al entrar al local, una barra de cinco metros de longitud, revestida de listones de madera de roble barnizado, acompaña dejando a la derecha una pared modulada con espejos y cristales acanalados que se unen con el techo con la misma modulación, pero cambiando de materialidad.
En un punto calculado sobre esta barra, descuelga también con la misma modulación un alero repleto de botellas y elixires vestidos con plantas que se hacen un espacio más natural y biofílico. Accediendo al comedor interior, el estudio decide seguir con el mismo concepto, pero de una forma más liviana y natural, realizando modulaciones en ambas paredes y techos, con traseras pintadas de blanco, exceptuando una pared que se viste de grandes espejos plata para duplicar los espacios.
Proyecto: Carlos Martinez Interiors. Fotografías: Marcela Grassi.