Arquitectura integrada en la naturaleza

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Hotel Nura Barceló. Biniancolla, Menorca

Los arquitectos Cristina Farreny y Rafael Garcia Hernandez, del estudio FGarquitectes, han realizado el proyecto del hotel Nura Barceló ubicado en la urbanización de Biniancolla en Menorca. Un gran reto por la envergadura del proyecto, con un diseño que surge de la observación y respeto por un entorno mágico.

A la hora de proyectar, FGarquitectes siempre se inspira en el entorno, y Menorca es un lugar mágico y muy sugerente, donde la naturaleza tiene un protagonismo indiscutible. Su arquitectura es sensible al paisaje y respetuosa con el entorno.

El complejo se desarrolla de forma orgánica como la propia naturaleza, generando infinitos puntos de vista. De inicio, hay la voluntad de integrar el espacio interior y el espacio exterior de manera que ambos se fusionan y se crea una sensación visual que trasciende los límites de los edificios y genera unos espacios fluidos entre la arquitectura y la naturaleza. Esto ocurre tanto en las zonas comunes como en las habitaciones. Algunas de éstas se prolongan hacia el exterior, convirtiéndose en una sucesión de espacios, de habitación, terraza, jardín y lámina de agua.

En los espacios comunes exteriores predomina la lámina de agua que se segrega en varias piscinas, unas comunes y otras privadas de las habitaciones. Combinado con la jardinería, vegetación autóctona y las paredes de piedra de “paret seca” que acompañan los recorridos sinuosos del jardín, crean un juego de múltiples zonas y rincones que lo convierten en un espacio dinámico, atractivo y muy relajante. El “elemento agua” genera calma, fluidez y confianza.

El edifico tiene una doble piel diseñada con lamas de madera y estructura metálica, que se desarrolla según la necesidad de forma camaleónica, convirtiéndose en doble fachada, barandilla, elemento separador, falso techo o pérgolas. Esta superposición de elementos entre una piel y otra del edificio genera un juego de luces y sombras muy sugerente. Las pérgolas tienen un papel protagonista en el proyecto y han sido especialmente diseñadas para este proyecto.

Los materiales y acabados que predominan son un referente a la identidad de la isla, como el marés, la “paret seca” la madera, etc. En la misma línea la vegetación escogida es autóctona del lugar lo que ayuda a la integración en el entorno e implica un consumo mínimo de agua para su mantenimiento.

El spa se ubica en un espacio limitado en uno de sus lados por una pared revestida de marés con unas pequeñas ventanas de diferentes tamaños, colocadas de forma aleatoria, por las que penetra una luz cambiante que se reflejan en el agua creando un juego de luces y colores casi hipnótico. Siguiendo las premisas del proyecto la lámina de agua sale visualmente hacia el exterior, a través de un gran ventanal, prolongándose en una piscina con playa.

Arquitectura: F&G Arquitectes. Interiorismo: F&G Arquitectes. Miguel Pol y 
Mireia Vila. Fotografías: Joan Mercadal Arguimbau. Constructor: Antonio Gomila. 
Pavimentos: Roca. Revestimientos: Peronda, Natucer. Cerámicas: Remolí Creatiu. 
Mobiliario: Muebles Sureda, Point. Verdneix. Iluminación: Perfomance in Lighting, 
Zambelis, Bover, Estiluz, Arturo Álvarez. Textiles: Casamance, Rioma, Grupo 
Lamadrid. Alfombras: KP.

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